
Bebidas y alimentos procesados
En EEUU, la industria de la alimentación produce más de 40.000 productos, de los que la gran mayoría tienen muy poco y ningún valor nutricional.
Los alimentos procesados, refinados, "mejorados", enriquecidos, conservados, precocinados, modificados genéticamente, gaseados, irradiados, calentados con microondas y alteradas de diferentes modos tienen el efecto común de privar de una correcta nutrición a las células del cuerpo.
El cáncer es la consecuencia de una hambruna progresiva. De una inanición celular. Tiene lugar cuando el cuerpo no recibe ya más aquello que necesita para desarrollarse según su patrón original. A fin de sobrevivir e impedir que los órganos mueran de malnutrición y agotamiento, el núcleo celular no tiene otro remedio que mutar y volverse anaeróbico.
Una célula anaeróbica es como una persona sin techo, ajena a la sociedad, que intenta sobrevivir a base de alimentos tóxicos y descompuestos que los miembros sanos de la sociedad han tirado a la basura. El valor nutricional de la típica dieta moderna no es más que basura.
Por ejemplo, las patatas fritas. Aunque todo el mundo sabe que contienen grasas carcinógenas, aditivos y conservantes dañinos, millones de niños y adultos consumen cada día grandes cantidades de ellas.
En una investigación sobre los alimentos cocinados con microondas, cientos de gatos sanos murieron tras haber sido alimentados durante ocho semanas únicamente con alimentos cocinados con microondas.
En Rusia, los hornos microondas están prohibidos, sin embargo, en EEUU, más del 95% de los hogares y restaurantes utilizan casi a diario hornos microondas.
Los productos alimenticios y bebidas industriales más comerciales ocultan en sus etiquetes que en su elaboración se han empleado venenosos aditivos químicos, como aspartamo, splenda (sucralosa), glutamato monosódico, etc. Estos productos químicos son más adictivos que la heroína, la cafeína y la nicotina juntos.
Hacen que a sus víctimas, les sea prácticamente imposible dejar de sobrealimentarse.
La industria alimentaria tiene como objetivo hacer que la gente consuma más comida.
No debemos confundir alimentar al estómago con una nutrición celular. El principal problema en cualquier crisis grave de salud es la inanición celular.
A las células no les interesa usar nada que no sirva para su propio desarrollo. Las grasas carcinógenas de los aceites refinados y de las grasas sobrecalentadas, los colorantes, los aditivos químicos, los conservantes, etc. acaban adheridas a las paredes celulares formando capas impenetrables de porquería.
En una célula de un recién nacido se puede observar lo transparente, delgadas y claras que son sus paredes. Si se examinan las membranas celulares de una persona adulta o mayor que sigue un mal estilo de vida, se verá que son negras, espesas y deformes.
Las células de los tumores malignos están rodeadas por una capa fibrilar 15 veces más gruesa que la fibra que rodea las células sanas. La capa fibrilar protege a las células cancerosas de los mortíferos fagocitos, de los linfocitos asesinos y de los citoquinos.
Aquello que nos llevamos a la boca tiene mucho que ver con la supervivencia de nuestra sociedad.
Cuando se tiene cualquier crisis de salud, sobre todo en crisis graves, las posibilidades de superarlo serán mucho mayores si se ingieren alimentos orgánicos, biodisponibles y alcalinos. Ello permitirá que el cuerpo se centre en sanar y que el sistema inmunológico, ya bastante maltrecho, no tenga que entablar una batalla más contra los aditivos químicos, pesticidas, etc.
Lo ideal es evitar aquellos alimentos que no han sido creados por la naturaleza. Por ejemplo, no existe una relación natural entre nuestro cuerpo y la margarina. La margarina, la cual no se diferencia del plástico más que en una molécula, es un alimento del laboratorio que ningún organismo natural está preparado para asimilar. Si dejamos un poco de margarina en un entorno caliente, húmedo y oscuro, donde las bacterias abundan, las bacterias la evitarán y se comportarán como si se tratara realmente de plástico.
El alimento que no es natural no puede servir de alimento en modo alguno.
La alimentación basada exclusivamente en productos procesados es francamente homicida. Seguir la más o menos típica dieta americana es, realmente sinónimo de un suicidio involuntario.