
Calcio y Sol
El calcio es un elemento químico, de símbolo Ca y de número atómico 20.
El calcio es un mineral presente en muchos alimentos. Se almacena en los huesos y los dientes, donde apoya su estructura y rigidez.
El calcio es un mineral indispensable para varios procesos del organismo tales como la formación de los huesos y los dientes, la contracción muscular y el funcionamiento del sistema nervioso. También, ayuda en la coagulación de la sangre y en la actividad de algunas enzimas.
Si no consumes suficiente calcio en tu dieta, si el cuerpo no absorbe el calcio suficiente o si ingieres demasiados alimentos ácidos, los huesos se pueden debilitar o no crecer apropiadamente. Sus esqueleto (los huesos) es un órgano vivo. Los huesos están siendo remodelados constantemente, el hueso antiguo se absorbe y nuevo hueso se forma.
La moda actual para obtener grandes dosis de calcio es mediante la ingesta de productos lácteos y derivados y se basa en una interpretación incorrecta sobre cómo lo utiliza el organismo. Las personas se preocupan pensando que si eliminan los productos lácteos, su dieta les dejará con una deficiencia de calcio.
El hecho es que las verduras y las hierbas son inherentemente ricas en calcio al igual que lo son el apio, aguacate judías negras, garbanzos, tofu, almendras, avellanas y el sésamo.
¿De dónde obtenemos el calcio? Pues, ¿De dónde la obtienen las vacas?
También es importante evaluar cuánto calcio necesitas realmente para mantener huesos y cuerpo sano. Para hacerlo, debes comprender que una de las cosas que el calcio hace en el organismo es neutralizar el ácido generado por el consumo de proteínas de origen animal. Cuando ingieres estos alimentos ácidos, el organismo intenta recuperar su estado alcalino extrayendo calcio de los huesos si no tiene suficiente a su disposición en el alimento para conseguirlo. Los riñones también roban calcio a los huesos para así eliminar el exceso de nitrógeno que hay en la proteína de origen animal.
Las recomendaciones actuales de 1000 miligramos diarios de calcio asumen una dieta media, que está formada por entre 1.5 y 4 veces más proteína de la necesaria, lo que genera una demanda de calcio que no es natural ni saludable.
En realidad, no se trata tanto de una carencia de calcio sino de un problema de secuestro de calcio, y no de uno relacionado con una deficiencia de este mineral. Debemos empezar a dejar de preocuparnos por no obtener suficiente calcio y, en lugar de ello, prestar atención a no ingerir demasiada proteína de origen animal y alimentos ácidos en general. Mientras tanto, estamos viviendo en la ironía de que la ingesta de abundantes productos lácteos ricos en calcio puede, de hecho, dejarnos, con un balance negativo de calcio en el momento en que toda la proteína haya sido taponada.
En la hipocalcemia, la concentración de calcio en la sangre es demasiado baja. Una concentración baja de calcio puede ser consecuencia de un trastorno de las glándulas paratiroideas, así como de la alimentación, de trastornos renales o de ciertos medicamentos.
Con niveles de calcio en sangre levemente bajos, es posible que note entumecimiento y escozor en los dedos. Con una hipocalcemia un poco mas baja puede notar que está deprimido o más irritable. Con niveles de calcio en sangre muy bajos habrá confusión o desorientación.
La hipercalcemia es una enfermedad en la que el nivel de calcio en la sangre está por encima del normal. Demasiado calcio en la sangre puede formar cálculos renales e interferir en el funcionamiento del corazón y el cerebro.
* Tener en cuenta que la hipercalcemia es uno de los parámetros que analizan los médicos en los análisis y que a muchos, erróneamente, les hace creer que las personas tienen demasiado calcio en el organismo. Alarman innecesariamente a los pacientes pronosticando que ese exceso puede convertirlos en candidatos a padecer cálculos renales en el sistema urinario.
La presencia de más calcio del considerado normal en la sangre muchas veces es resultado de una deficiencia de calcio, ya que el organismo, debido a la acidez causada por una mala alimentación (desnutrición) y a las descargas de estrés, les roba a los huesos este mineral para apagar el fuego de la acidez.
La desmineralización de los huesos (que causa un reblandecimiento y debilitamiento de los huesos) conocido como osteopenia, precursor de la osteoporosis, es un síntoma causado por una acidificación del organismo y una falta de vitamina D, calcio o fósforo.
Cuando nuestro organismo se acidifica, que puede ser por multitud de factores diferentes tal como la nutrición (alimentos demasiado ácidos), la falta de ejercicio físico, nuestra psicología, consumo de fármacos, vacunas, etc, debe neutralizar dicha acidez, ya que nuestro organismo, para su correcto funcionamiento, debe estar ligeramente alcalino (7.35-7.45) y para ello coge el calcio disponible, y si no lo está, lo cogerá de los huesos. Si esta situación se prolonga en el tiempo acaba causando una progresiva desmineralización ósea y a su vez como resultado de esta neutralización de la acidez se producen como residuos los oxalatos de calcio (conocidos como piedras en el riñón o la vesícula).
Los riñones se encargan de eliminar el exceso de oxalato a través de la orina. La cantidad extra de oxalatos de calcio puede crear cálculos o cristales renales, que pueden dañar los riñones y hacer que dejen de funcionar (insuficiencia renal).
Los cálculos renales de oxalato de calcio se forman cuando la orina contiene más de esas sustancias que del líquido que puede diluirlas.
Por otro lado, para neutralizar la acidez que produce el nitrógeno de las proteínas ingeridas con los alimentos , también le roban calcio a los huesos. La osteoporosis, a su vez, se hace presente como consecuencia de la falta de sol y vitaminas D1 y D3, lo que impide la absorción en el intestino delgado del calcio del los alimentos, que en muchas ocasiones no contienen suficiente calcio ni otros minerales imprescindibles para la absorción de este, como por ejemplo el MAGNESIO, el BORO y el FLÚOR.
La carencia de calcio en las coyunturas óseas articulares es el comienzo de la osteoporosis, ya que al iniciarse la destrucción de los huesos, las cartílagos y las cápsulas articulares, las vainas sinoviales, las sinovias, los meniscos y los ligamentos y tendones que se insertan en los perímetros articulares, se desencadena el desgaste de las articulaciones , con inflamaciones que llevan al dolor, o la cojera e incluso silla de ruedas, para finalmente desembocar en una muerte.
El calcio también se moviliza de los huesos a las articulaciones cuando en estas hay algún problema. La pituitaria o hipófisis instruye a la glándula paratiroides para que la calcitonina comience a funcionar y libere calcio de los huesos, que pasa a la sangre. La calcitonina, en caso de hipocalcemia, construye depósitos de calcio en las articulaciones para causar dolor en ellas, con la finalidad de que no se muevan, y así eviten las fracturas, especialmente de la cadera, el hombro, el cuello del fémur, la tibia, el húmero y el radio. El ejemplo más conocido es el de las calcificaciones que aparecen en la articulación del hombro, llamada bursitis. Estos depósitos a menudo confunden a profesionales sanitarios que los interpretan como exceso de calcio en el organismo y ordenan que se disminuya su ingesta, con lo que, una vez más, provocan lo que pretendían curar: fracturas causadas por la osteoporosis como consecuencia de la iatrogenia inducida por el médico que ordenó rebajar la cantidad de calcio en la sangre.
Cada célula de tu cuerpo tiene en su membrana dos capas de colesterol, fundamentales para su funcionamiento, y ese colesterol es producido naturalmente por el hígado. El colesterol de las células de tu piel es transformado por los rayos ultravioleta el Sol, gratuitamente, en vitamina D1, que, a su vez, es transportada por la sangre hasta los riñones y el hígado, que la convierten en vitamina D3 (colecalciferol) para que luego vaya al duodeno (primera porción del intestino delgado) y haga posible que el calcio y otros minerales esenciales se absorban y, posteriormente, se depositen en tus huesos para reforzar la densidad ósea.
Además, la vitamina D3 permite que el intestino delgado absorba el calcio y otros minerales necesarios para que las enzimas (moléculas de naturaleza mayormente proteica que actúan de catalizadores, es decir, que aumentan la velocidad de las reacciones químicas) del ADN puedan ejercer sus funciones. Y si las enzimas no funcionan, enfermamos. La vit. D3 y el zinc son factores esenciales no solo en la alcalinización del medio interno, sino también en el control de las enzimas del ADN para que no se produzcan mutaciones en los genes.
Por lo tanto, recibir baños de Sol moderadamente es imprescindible para la síntesis de la vitamina D y sus consecuentes beneficios en el tejido óseo. Todo esto sin coste alguno y NO tomar leche o productos lácteos, todos ácidos, ya que los lácteos se pasteurizan (proceso térmico que es realizado en líquidos con la intención de reducir la presencia de agentes patógenos que puedan contener). ¿ Acaso las vitaminas no se volatilizan con la temperatura de la cocción? Come vegetales crudos , exponente al Sol, de una forma racional, haz ejercicio y relájate.
Si nos privamos de la luz solar, lo único que cultivamos es la osteoporosis, el artritismo y la desnutrición, esta última, llave de todas las enfermedades degenerativas.
En los países nórdicos, dónde más se consumen productos lácteos y derivados es donde hay mayor incidencia de casos o diagnósticos de patologías relacionados con los huesos.
Igualmente importante es tener en cuenta la necesidad de vitamina D3 en las madres gestantes. Es conveniente recordar que cada 3 meses los huesos se renuevan.
Las hormonas calcitonina y paratiroidea, las vitaminas D1 y D3, el calcio y el Sol son las asignaturas pendientes de la salud pública.
FUNCIONES PRINCIPALES DEL CALCIO:
1- Construir los huesos
2- Actuar como apagafuegos, dada su capacidad de alcalinizar el medio interno
3- Importante en la autorreparación que cumple en la formación del callo óseo en las fracturas, como coprotagonista junto a los osteoblastos y osteoclastos.
Alimentos ricos en calcio que no sean lácteos (ya que estos alimentos son muy ácidos)
- Las legumbres. Dentro de este grupo tenemos que destacar la soja, una de las legumbres más ricas en calcio que existen.
- Los frutos secos.
- Las verduras y hortalizas.
- Frutas.
- Pescados.
- Tofu y semillas.



* RAYOS ULTRAVIOLETA DEL SOL --> VITAMINA D1 --> VITAMINA D3 --> CALCIO = SALUD

